La crisis derivada del Covid-19 ha provocado una proliferación de las plataformas de venta directa a través de las cuales, marcas y fabricantes tratan de relacionarse y/o vender directamente a sus clientes a través de Internet y sin la necesidad de depender de terceras partes. Estos clientes tienen cada vez unas necesidades más sofisticadas y sólo aquellas empresas que consigan hacerlo bien, lograran disfrutar de la rentabilidad y el crecimiento que permiten las estrategias D2C
Una estrategia DC2 es aquella que está centralizada en el cliente, lo cual permitirá a la empresa maximizar la rentabilidad, mejorar la experiencia del cliente y crear una relación más sólida con esté.
Uno de los mayores beneficios de tener una estrategia de comercio electrónico D2C es que los fabricantes / marcas obtienen el control total de todas sus actividades, desde el empaque hasta el marketing. Lo que significa que también pueden crear una experiencia omnicanal para sus consumidores finales.
El gran desafío que suponen las estrategias de comercio electrónico D2C es el tener que competir con los minoristas, los cuales tienen una gran experiencia en vender a los consumidores y un buen conocimiento de estos.
Sin duda, las marcas saben que la comunicación con sus clientes no puede depender únicamente de sus intermediarios y por ello, ya hay numerosas empresas que han sabido leer y anticipar las implicaciones de la nueva economía digital y han dado pasos hacia su transformación progresiva. En pleno 2021, ya no solo basta con tener nuestro producto en la estantería del mejor supermercado del mundo, sino que tenemos que crear vínculos con nuestros potenciales clientes y ofrecerles nuevas propuestas de valor.

La estrategia D2C se perfila como el futuro de esta nueva realidad, ya que abre nuevas vías de relación con el cliente y nos permitirá influir sobre sus decisiones de consumo.